Existen especímenes sembrados en la avenida Jiménez que no han alcanzado su madurez, pues esta palma llega a dar fruto sólo después de los 60 años. El tiempo de vida de este árbol puede alcanzar poco más de los 200 años. Y dado que estos especímenes se encuentran en el centro de la ciudad, se han visto de una u otra manera afectados por la dinámicas urbanas y sociales que los rodean: grafitis, basura, desprendimiento de cogollos etc. Esto ha hecho que algunos juveniles de esta palma, no crezcan al ritmo que deben o deban crecer con las cicatrices que le son marcadas en la superficie de su tronco.

Quienes participaron de este ejercicio reflexivo identificaron las plantas de cera que se encuentran en el corredor demarcado, dibujaron el porte de cada una de las palmas, y calcularon el tamaño y la edad de cada palma, según el número de anillos. Además, identificaron palabras, grafitis, rayones que encontraron en la superficie del tronco de la palma, y actividades comerciales alrededor que pueden generar afectación al desarrollo de las palmas. Luego de este reconocimiento, se conversó de manera colectiva o individual, acerca de la importancia que tienen estos árboles para el corredor.

El 16 de septiembre en horas de la tarde compartimos con Omar Bernal, quien propuso la interpelación a lxs transeúntes alrededor del reconocimiento y la apropiación de nuestro patrimonio ambiental alrededor del eje ambiental y al lado del parque de los Periodistas. ¿Quisieras compartir tus saberes o cuestionamientos alrededor de este ejercicio en particular o alrededor de la naturaleza de la que somos parte?